"El niño aprende en el seno de la familia el sometimiento de los padres a una sociedad que sólo es capaz de conseguirlo mediante el consumo. " (H. Marcuse)
Sería demasiado costoso hacerlo por la fuerza tanto económicamente como por el despliegue del aparato de medios de comunicación para hacer creíble que se está viviendo en una democracia real.
El niño aprende de los padres a sublimar su realización personal, a ser feliz, por medio del consumo, de la posesión sin límites de objetos y de la conexión con la realidad creada por las nuevas tecnologías ajena a la realidad material que se presenta como insoportable por no haberse dado la oportunidad de afrontarla.
Ya no se trata del sometimiento natural a la sociedad para la supervivencia y el goce de los demás. El plus añadido es el del sometimiento por el sometimiento sin sentido y sin beneficio real para nadie. Ni para el sumiso que es víctima, ni para el que somete que se convierte a su vez en su propia víctima al necesitar el control de los demás.
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