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TEMA 3: LA METAFÍSICA


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3.1. ¿DE QUÉ TRATA LA METAFÍSICA?

La costumbre refiere la anécdota de que el nombre de Metafísica se debe a Andrónico de Rodas (siglo I a. C.). Cuando trataba de clasificar los libros de Aristóteles, se encontró con catorce de ellos que se dedicaban a temas que no eran de lógica, ni de política, ni de ética, ni de poética, ni de física. Pues bien, se le ocurrió situarlos «detrás de la Física» (metá tá Physiká). Esta fue su denominación en adelante: metafísica. Esto parece algo artificial, pero responde exactamente al contenido de estos libros, que analizan lo común a todas las cosas reales, su ser, que son o que existen. El nombre que le puso Aristóteles fue Filosofía primera para diferenciarla del resto, que eran filosofías segundas.

La Física estudiaba la naturaleza (physis), o las cosas naturales que se perciben con los sentidos, mediante una experiencia sensible y, por tanto, verificable. ¿Se puede conocer más allá de lo empírico e inmediato? Trascender esto sería el conocimiento metafísico, que no se alcanza por la experiencia, sino mediante un procedimiento racional, que tendrá que justificarse.

El análisis del ser, en cuanto ser, prescinde de lo que cada ente es en sí mismo para analizar el ser como elemento común a todos los entes. Esta es la ciencia que Aristóteles buscaba para construirla. Su objeto era el ser y los atributos y principios que le pertenecían como propios. Por ello la metafísica se va a entender como el estudio del ser (ontología) y del conocer del ser (gnoseología)
El ser es uno, pero se «dice en muchos sentidos». Tiene distintos significados que hay que analizar. Según Aristóteles, son los siguientes:
— Sustancia. Ser fundamental y primario que soporta accidentes y permanece en los cambios. Es la realidad individual
e intransferible.
—Accidentes. Modificaciones de la sustancia. Existen en ella, pero no forman parte de la misma.
—Categorías. Modos de ser derivados de la sustancia, o formas en que se puede decir el ser. Aristóteles enumera nueve categorías, además de la sustancia: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, acción, pasión, situación y estado. Concibe así la realidad de forma dinámica y no de modo estático como Parménides.
— Acto y potencia. El ser puede adquirir la perfección que le falta, actualizando sus capacidades. Desde las posibilidades (potencia) que posee se puede actualizar (acto) el ser en un momento concreto, lo que le permite nuevas perfecciones. Pasar de la potencia al acto es el movimiento. Hay cuatro clases de movimiento o cambio:

1. Sustancial: se destruye la sustancia, permaneciendo únicamente la materia prima.
2. Cuantitativo: cambia la cantidad de la sustancia, mediante el crecimiento o la disminución.
3. Cualitativo: se alteran las cualidades de la sustancia.
4. Local: cambio o desplazamiento de lugar de las sustancias.

— Materia y forma. Todos los seres naturales son un compuesto de materia y forma. Cuando se produce un cambio en las cosas, éstas no se destruyen, sino que conservan un elemento que permanece, la materia primera. La manera de presentarse la materia es la forma. Así establece Aristóteles la teoría hilemórfica (hylé = materia, morphé = forma). De este modo explica el movimiento: la materia es potencia y la forma acto, es decir, actualización de esa misma posibilidad. El movimiento es el cambio de la potencia al acto.
— Causa. La existencia o determinación de un ser se debe a sus causas, que lo explican. Existen cuatro tipos de causas: dos intrínsecas (internas al ser), la materia y la forma, y dos extrínsecas, la eficiente, que origina el ser, y la final, que es aquello a lo que se dirige el ser.

La Metafísica se entiende como un saber fronterizo que se ocupa de aquellos temas y problemas que están más allá de la experiencia o ámbito de los hechos fenoménicos (que se muestran a los sentidos), observables (medibles por algún procedimiento) y verificables (contrastables o comprobables en su verdad porque están actualmente en los límites de la línea de demarcación entre Ciencia y Filosofía.
Podemos añadir que la Metafísica gira en torno a la comprensión e interpretación de la totalidad de lo real, es decir, de cualquier ente o realidad por el mero hecho de serlo. En concreto, nos ocuparemos, dentro del sentido académico, de los tres principios
ontológicos más generales de la tradición Metafísica occidental que fueron señalados por los filósofos de la época moderna: el sujeto antropológico, la realidad exterior y Dios.




3.2. EL SUJETO ANTROPOLÓGICO

El ser humano a la luz de la Psicología afirma que el psiquismo superior del hombre se organiza en un conjunto de procesos cognitivos, percepción, memoria, aprendizaje, pensamiento y lenguaje, unos elementos activadores y direccionales de la conducta, que son la motivación y las emociones, y una organización estable y coherente del individuo a la que llamamos personalidad.
Independientemente de lo que nos muestra la Psicología ¿Podemos hablar, y si podemos, en qué consiste la identidad personal, idea siempre presupuesta como principio unificador del sujeto psicológico en cuanto totalidad de la experiencia interna?

Como señaló Hume, no tenemos conocimiento empírico, ni introspectivo ni experimental, de algo que sea la "identidad personal", es decir, que científicamente hablando no podemos hablar del yo. Sin embargo, la metafísica, al no depender de la experiencia contrastable y sólo de la razón y su búsqueda del ser puede señalarnos respuestas como las siguientes:

1) El sujeto es el conjunto de recuerdos almacenados en nuestra memoria. Nuestra identidad es reconocida en la medida en sabemos que en nuestros recuerdos el yo estaba allí y consiste en la generación de esos recuerdos. Hume y Locke defendían estas ideas.

2) El sujeto es lo que conoce el objeto. Utilizando la metáfora de un ordenador, se podría considerar al cerebro como un procesador general de información. El cerebro es el hardware o soporte físico que hace posible tal procesamiento. Ahora bien, el hardware precisa de un software para realizarlo: un sistema operativo básico y unas aplicaciones. El sistema operativo y las aplicaciones constituyen lo que denominamos mente. Los programas o aplicaciones constituyen los distintos procesos mentales de los cuales se ocupa la psicología cognitiva. El yo en concreto sería como Windows, el sistema operativo, aquello que hace posible que las aplicaciones funcionen y lleven a cabo procesos de conocimiento entre otras cosas. Esta postura fue defendida entre otros por Kant, señalando además que el yo es la unidad de apercepción pura que permite percibir todo lo demás. Un noúmeno.

3) El yo también es conocido como alma. En la historia de la metafísica ha habido dos puntos de vista sobre esta cuestión:

a) Monismo: Para los pensadores monistas la equívoca sensación de la existencia del alma se debe fundamentalmente a la percepción del conjunto de reacciones químicas que se dan en nuestro cerebro. A esas percepciones se les llama alma, pero no son más que fruto de reacciones químicas. El yo pues, queda reducido a la física y a la química. Entre sus defensores están Paul Feyerabend, José Ferrater Mora, ambos del siglo XX.


b) Dualismo: el hombre es un ser compuesto de dos realidades constitutivamente distintas e independientes, aunque comunicadas entre sí: un cuerpo material y un alma espiritual. El alma es la parte primordial del hombre y también la rectora de las funciones corporales. El término "espiritual" es una entelequia cuyo significado es simplemente "lo que no es material y tiene, por tanto, las propiedades ontológicas contrarias". Fue defendida por pensadores antiguos como Platón o Aristóteles, medievales como Tomás de Aquino y modernos como Descartes.




3.3. LA REALIDAD EXTERIOR
¿Conocemos la realidad, las cosas tal y como son en sí mismas o tal y como son para nosotros? ¿Conocemos la realidad objetiva o subjetivamente? Ardua cuestión, a la cual han dado respuesta las dos teorías siguientes, con sus múltiples variantes.
-El realismo. Su principio teórico consiste en afirmar que conocemos las cosas
tal y como son en sí mismas debido a la continuidad de los distintos niveles de la realidad. El cerebro y la mente humana tienen su origen en la evolución universal de la materia, de la cual proceden como todo lo que existe. El hecho de no conocer las cosas tal y como son en sí mismas supondría un salto cualitativo inconsistente e inaceptable. Las variantes históricas
del realismo son las siguientes:
a) Realismo ingenuo. Las cosas son exactamente tal y como las percibimos. Grave error que confunde las cualidades secundarias o perceptivas, subjetivas, que dependen de nuestra organización sensorial (color, sabor, olor, textura...), con las primarias u objetivas de naturaleza fisicoquímica, que dependen de la constitución misma de los cuerpos (masa, velocidad, aceleración, fuerza...).

b) Realismo crítico. Las cosas no son completamente como las percibimos. En el contenido de la percepción hay que distinguir las cualidades secundarias, subjetivas, y las cualidades primarias, objetivas. No cree, por tanto, que convengan a las cosas todas las cualidades o propiedades de los contenidos de la percepción. Las cualidades secundarias las percibimos sólo tal y como se aparecen a nuestros sentidos y, por tanto, dependen de la configuración neurofisiológica de nuestra organización sensorial, la cual determina nuestros particulares patrones perceptivos, por demás distintos en cada especie viva.
-El psicologismo: Su principio teórico consiste en afirmar que no conocemos la realidad tal y como es en sí misma sino tal y como se aparece a nuestra mente.
Es decir, la realidad se conoce como fenómeno a través de los filtros subjetivos
de nuestra organización psicológica (procesos cognitivos), lógica y lingüística.
Las variantes históricas del psicologismo son las siguientes:
a) Innatismo. El ser humano nace dotado con una organización preprogramada de carácter psicológico, lógico o lingüístico que, más allá de los propios contenidos perceptivos, determina ampliamente nuestro conocimiento general del mundo.
b) Idealismo. Presenta tres variantes:
1. El idealismo de las esencias, que sostiene que existen esencias de los entes
como realidades subsistentes y separadas de la mente o razón que las piensa. Teoría sostenida por Platón y también, aunque con matices, por Husserl. 
2. El idealismo trascendental, que se centra en el estudio de las condiciones lógicas o a priori del sujeto que determinan el conocimiento constituyente del objeto. Sostenida por Kant. 
3. El idealismo absoluto, que considera que el conocimiento es una pura construcción de la razón del sujeto. Sólo desde el puro desenvolvimiento de la razón especulativa el mundo revela su verdad, la cual no es observable ni experimentable, (Hegel). 

-La realidad virtual: La universalización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la vida social ha determinado la existencia de un nuevo ámbito de realidad, paralelo al real, de carácter cibernético, compatible a veces, complementario en otras y en
numerosas ocasiones en abierto conflicto. Denominaremos a este ámbito o nivel de
realidad con el nombre de telépolis, siguiendo la afortunada expresión, acuñada por el
pensador español Javier Echevarría. Las nuevas tecnologías incluyen diversos procedimientos instrumentales (p.e. la telefonía de última generación o la teleconferencia), pero sin duda el principal y al que todos de modo subsidiario se refieren y remiten es Internet. La red Internet ha descubierto un nuevo mundo, un espacio virtual que tiene las siguientes características:
a) Global. Telépolis es una aldea global en la que no existen mapas geográficos
con fronteras físicas o políticas. Desaparece el concepto de nación y de estado, desaparecen las entidades internacionales y supranacionales.
b) Autónoma. Telépolis, como segunda realidad, funciona al margen o en paralelo a la primera realidad. Alguien, el adicto a la red puede llevar una vida completa en telépolis, sin tener necesidad de estar saltando continuamente de una realidad a otra.

c) Institucionalizada. Telépolis, como sociedad o aldea global, tiene sus propias instituciones paralelas: la educación no reglada ni dividida necesariamente en disciplinas científicas, las normas éticas, sin las cuales eres considerado incivil y expulsado, la economía (de compras por la red, los bancos, la bolsa), las comunicaciones (videoconferencias, chats) …

d) Multimediática. Actualmente el acceso de la primera realidad a la segunda
se hace mayoritariamente a través de las computadoras, el teléfono móvil, la televisión, la videoconsola…



3.4. DIOS
A lo largo de la historia del pensamiento se han producido muy variados compromisos ante la experiencia religiosa y, en particular, diversas concepciones, incluso contrapuestas, de la existencia, significado y función de la idea de Dios.
La cultura grecolatina, la Edad Media, el Renacimiento, el Barroco, la Ilustración, el Romanticismo, el Siglo de la tecnociencia... Sería muy apresurado intentar un recorrido, siquiera somero, por todas esas concepciones y autores... Antes bien, vamos a resumir el concepto teológico que han tenido cada una de las grandes posiciones teológicas sobre el hecho religioso: teísmo, fideísmo, deísmo, politeísmo, panteísmo, ateísmo, agnosticismo e indiferencia religiosa.
-Teísmo. El teísmo es la posición doctrinal que sostiene que Dios existe y puede ser conocido. Los teísmos se diferencian entre sí por la vía de conocimiento que consideran más adecuada para acceder a Dios. Unos teístas consideran que tal vía es la razón, es decir, las facultades naturales del conocimiento humano, y otros la fe o conocimiento sobrenatural de Dios. A estos últimos también se les denomina fideístas. Los vamos a separar conceptualmente de los teístas para poder darles un tratamiento aparte. El teísmo es una posición vinculada sobre todo a la teología cristiano-católica. San Agustín y Sto. Tomás de Aquino son teólogos cristianos teístas.
Los supuestos doctrinales del teísmo son:
1. Creencia en la existencia de Dios, la cual puede ser demostrada con argumentos o pruebas racionales.
2. Concepción de Dios como un ser personal, bueno, sabio y poderoso, que creó al hombre para ser por naturaleza bueno y feliz.
3. Optimismo metafísico, puesto que Dios creó al hombre para que viviera en el mejor de los mundos posibles.
-Fideísmo. El fideísmo mantiene que las solas facultades naturales del conocimiento humano son insuficientes para conocer plenamente a Dios. Sólo podemos conseguirlo con la ayuda complementaria de la fe. La fe es un don sobrenatural, individual, invisible y misterioso que algunas personas reciben de modo gratuito e inexplicable de Dios.  Lutero (s. XV-XVI) es el máximo representante de esta postura teológica.
-Deísmo. El deísmo es la concepción teológica propia de la religión natural. Los supuestos doctrinales del deísmo son los siguientes:
1. Dios existe y es el creador del mundo y de sus leyes.
2. No podemos conocer racionalmente la existencia ni la esencia o atributos de Dios.
3. Una vez creado el mundo, Dios deja de intervenir en él, por tanto, no existe la providencia divina. Dios no es responsable del mal que sólo es imputable al hombre.
4. Dios es presentido en la Naturaleza.
La religión natural y el deísmo son un producto específico del espíritu ilustrado del siglo XVIII, aunque su persistencia cultural y su aceptación individual en la actualidad estén fuera de toda duda. Fueron partidarios del deísmo pensadores ilustrados como Locke, Newton, Voltaire y Kant.
-Politeísmo. Se suele considerar al politeísmo como un estadio inicial de la religión. Consiste en la creencia en la existencia de una pluralidad de dioses o divinidades. Las culturas primitivas del Paleolítico Superior y del Neolítico (Asiria, Mesopotamia, Egipto, Persia) fueron politeístas; también la cultura grecolatina. Las divinidades representan a las grandes fuerzas de la naturaleza (politeísmo naturalista) o a los modelos o arquetipos del pensar y sentir del hombre (politeísmo antropomórfico).
-Panteísmo. Identifica a Dios con la totalidad de lo real. Consiste en la creencia o en la concepción racional de que Dios está en todo. Todos los seres del Universo son parte de Dios. El universo es una manifestación o despliegue ontológicamente diferenciado de Dios. Los distintos niveles de la realidad son propiedades materiales de Dios. Aristóteles y Giordano Bruno (s. XV) filósofos panteístas.
-Ateísmo. Aunque la religión es un fenómeno general, que se da en todas las sociedades y culturas, no es un fenómeno general entre los individuos.
El ateísmo consiste en creer simplemente o en demostrar racionalmente que Dios no existe. En el primer caso, se trata de un ateísmo práctico, el cual se sitúa al margen de la existencia de Dios, sin plantearse teóricamente el problema de su existencia. En el segundo caso, se intenta racionalizar el sinsentido o absurdo de aceptar la existencia de Dios. Muchos son, por otra parte, los grandes filósofos que han sido racionalmente ateos, como Marx, Nietzsche o Freud. 
-Agnosticismo. Consiste en creer simplemente o en pensar racionalmente que no es posible conocer si Dios existe o no existe. No afirma ni niega la existencia de Dios. Sólo mantiene que las facultades del conocimiento humano no pueden demostrar la existencia de Dios o su negación. Igual que en el caso del ateísmo cabe distinguir un agnosticismo práctico y uno
teórico. Tanto Bertrand Russell como el intelectual español Enrique Tierno Galván, ambos del siglo XX, fueron firmes defensores del agnosticismo teórico.
-Indiferencia religiosa. Consiste en creer simplemente o en pensar racionalmente que la experiencia religiosa, al margen de cualquier intento de penetrar en sus temas y problemas, carece de interés personal.

3.5. SISTEMAS METAFÍSICOS

Todo sistema filosófico necesita ser sustentado por una determinada concepción metafísica.
Toda gran construcción filosófica conlleva una metafísica fundamental. Esto no significa que toda filosofía sea una metafísica, sino que toda filosofía presupone una metafísica sin la cual carecería de fundamento.
Metafísicas fundamentales hay de muchos tipos, pero básicamente dos son las más consistentes y extendidas en la larga historia de las ideas filosóficas: las espiritualistas y las materialistas. La asignación rigurosa de una metafísica fundamental a una u otra denominación dependerá de la presencia de ciertos supuestos teóricos relacionados con el tratamiento
específico de cada uno de los tres principios ontológicos generales.
1.Metafísicas espiritualistas: Son dualistas, psicologistas y teístas. Independientemente de que anteriormente hemos explicado estas características, vamos a ver un ejemplo para entender bien este tipo de concepciones metafísicas. En el caso de las metafísicas espiritualistas vamos a estudiar los temas del yo, la realidad y Dios en Platón.
-Metafísica Platónica: Platón concibió al hombre como un ser compuesto de dos substancias
constitutivamente separadas y ontológicamente distintas. Estas partes son el cuerpo y el alma (dualismo).
El cuerpo es material y corruptible, el alma espiritual e inmortal, de idéntica naturaleza
ontológica que las ideas, simples, invisibles, inmutables, a las que ha contemplado antes de encarnarse en un cuerpo mortal. Ahora bien, si el alma, la parte rectora y principal del hombre, es de tal naturaleza, ¿cómo resulta posible el error tanto en el plano del conocimiento como en el plano de la acción? La respuesta platónica al problema es la teoría o especulación de las tres facultades del alma.
En el mito del carro alado, narrado por Platón en el Diálogo Fedro, compara el alma
con un carro alado tirado por dos corceles guiado por un auriga. El auriga o conductor del carro simboliza la parte racional del alma. Uno de los corceles es dócil representa la parte emocional o irascible del alma, mientras que el otro caballo, de malas tendencias y rebelde, se corresponde con la parte apetitiva o concupiscible.
Las maniobras violentas e indóciles del último pueden precipitar la caída del carro, simbolizada, en este caso, por la encarnación del alma en un cuerpo, conformando un ser humano. Después, cada una de las partes del alma toma asiento en una parte del cuerpo. El alma racional en la cabeza, el alma irascible en el pecho y el alma concupiscible en el vientre. El error, en el conocer y en el hacer, proviene, bien del alejamiento del alma irascible de la razón dejándose engañar por la opinión vulgar, bien por la búsqueda imprudente e ilimitada de satisfacción sensible del alma apetitiva.
El alma racional siempre va a intentar zafarse de las necesidades del cuerpo para intentar recordar las ideas que había visto en el mundo de las ideas. Para Platón las ideas son la auténtica realidad y no la que puede captar el cuerpo que es cambiante y corruptible (psicologismo).
Platón afirma que el mundo sensible fue conformado y ordenado por un Demiurgo o artesano divino, no creado. El Demiurgo, a partir de la materia amorfa, originaria y eterna, y del espacio vacío, conforma y ordena los distintos seres naturales tomando como modelos las ideas subsistentes del mundo inteligible. Forma primero el alma cósmica, símbolo del poder cambiante de la naturaleza. Después los dioses astrales. Luego, deja a los dioses inferiores la tarea de completar la naturaleza de los hombres y los demás seres vivos. Estos, con los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego) fabrican los cuerpos que se unirán a las almas. Probablemente el Demiurgo puede interpretarse como un símbolo de la omnipresencia de la inteligencia en el mundo, cuya organización. Como se puede apreciar esta visión de un dios como demiurgo es una expresión del teísmo.
2.Metafísicas materialistas: Son monistas, realistas y ateas. En este caso estudiaremos la metafísica de Karl Marx.
-Metafísica marxista: El pensamiento marxista, representado por las figuras intelectuales de Marx y Engels es una filosofía materialista (monismo), aunque en este caso se bifurque
en una doble dirección: el materialismo dialéctico que tiene como objeto de investigación la
naturaleza y el materialismo histórico que tiene como objeto la sociedad. El primero
fue formulado originalmente por Engels y el segundo por Marx.
El materialismo dialéctico parte de la afirmación genérica, compartida por todos
los materialismos, de que la totalidad de lo real es material, incluido el ser humano como ser natural, idea que procede de la biología evolucionista de Darwin. El hombre es el resultado último y más complejo de la evolución filogenética de las especies. Lo que va a definir al hombre es la lucha dialéctica (en oposición) con la Naturaleza para sacar algo de provecho de ella y así poder sobrevivir.
El materialismo histórico toma como punto de partida la afirmación de que la oposición dialéctica de los contrarios no sólo se da en la naturaleza y el hombre, sino también en la sociedad y en la historia, y afirma que la historia es la de la lucha de dos clases sociales: La de los que tienen el poder económico contra los que no lo tienen.
Para Marx la única realidad posible es la lucha material en sentido de llevarla a cabo contra la naturaleza y contra los de la clase social opuesta en forma de praxis, creándola en forma de hechos (realismo). Todas las demás concepciones de la realidad son ideologías y por lo tanto psicologismos.
Por último, decir que el ateísmo de Marx es consecuencia de su concepción realista de la realidad. Dios no es más que una proyección humana resultado de la renuncia a la lucha social, asumida como derrota por la clase trabajadora. La clase económica dirigente utiliza las creencias religiosas de los trabajadores para que sirvan de consuelo ante la miseria de la existencia como individuos explotados, produciéndose así la alienación religiosa (el individuo no se realiza como persona y entonces vuelve sus ojos hacia Dios).

TEXTOS

TEXTO 1
SÓCRATES. Realmente parece que en estos hay una especie de lucha de dioses y
gigantes a causa de la disputa que entre sí tienen acerca de la realidad.
TEETETO. ¿Cómo es eso?
SÓCRATES. Los unos hacen bajar a la tierra todo desde el cielo y lo invisible,
asiendo literalmente con sus manos rocas y encinas. Y cogidos de éstas afirman que
es únicamente la existencia real lo que ofrece resistencia y tacto, y definen como
idénticos cuerpo y ser, y si alguien de los otros dice que lo que no tiene cuerpo es
real, lo desprecian en absoluto y no quieren oír otra cosa.
TEETETO. Hablas de una gente tremenda; en verdad que yo también he tropezado
con bastantes de estos.
SÓCRATES. Pues también los que disputan contra éstos, desde arriba, en cierta
región de lo invisible se defienden con mucha sagacidad, sosteniendo que ciertas
formas inteligibles e incorpóreas son la verdadera realidad, y los cuerpos que
defienden los otros, y lo que llaman esos otros verdad, desmenuzándola en sus razonamientos,
la llaman un llegar a ser que se da como si fuera ser. Y entre unos y
otros se da siempre una batalla inacabable acerca de tales cosas, amigo Teeteto.
TEETETO. Es verdad
 (Platón, El sofista).

CUESTIONES:
1) Señala ideas particulares del texto.
2) Relacionar el texto con el tema: Sistemas metafísicos.


TEXTO 2

Pensando acerca de la realidad virtual y la no virtual, y planteándome las preguntas hechas en clase, llegué a la conclusión de que lo único que tienen en común ambas realidades es que se pueden percibir. Mi reflexión continuó: ¿son las mismas percepciones las que se tienen tanto en una como en otra?
Pues claro, es tan real y verdadero el tacto de una mano de carne y hueso como otra ficticia o, mejor dicho, virtual. Y así quedó contestada la pregunta: las percepciones son las mismas, tenemos las mismas sensaciones y con los mismos órganos. Pero algo no cuadraba: no es lo mismo un objeto real que virtual, eso está claro para todos, pero ¿qué es lo que los diferencia?
La respuesta podría ser que uno es "real" y el otro no; pero, claro, ¿cómo podemos medir la realidad de un objeto?
Siempre ha sido que lo real, lo concreto, lo demostrable era aquello que nosotros mismos podíamos palpar, ver, oler, oír e incluso degustar, y eso son percepciones, ¿no son iguales las percepciones en uno y otro caso?; y, por lo tanto, ¿no son iguales la una y la otra?
De aquí podría desprenderse que sí, pero todos sabemos que son diferentes y mucho; y en consecuencia la diferencia se encuentra a otro nivel que no es la percepción que hace físico a un objeto.
Un objeto real tiene su propia presencia, significado y función. Cuando nosotros tenemos un trozo de madera en las manos, podemos tocarlo, olerlo, verlo y al hacerlo no sólo estamos percibiendo esas cosas, sino que tenemos en las manos el resultado de muchos años de crecimiento, agua, luz, energía,... un conjunto de átomos que ha costado mucho llegar a ser lo que vemos y con ese trozo de madera podemos hacer múltiples cosas que nos son muy útiles, o transformarlo en calor a través de la leña y el fuego. Todas estas posibilidades no las da la realidad virtual. Verdaderamente es un engaño, nos hace creer que estamos sintiendo cosas que mientras tenemos el casco y los guantes puestos podemos percibirlas, pero una vez que nos los quitamos estamos reducidos a nuestro mundo miserable que no tiene ni punto de comparación con el virtual, en el que nada es imposible y no hay limitaciones.
Entonces, concretando, un objeto real de uno virtual se diferencia por su presencia, función, desarrollo y significado.
CUESTIONES:
1) Señala ideas particulares del texto.
2) Relacionar el texto con el tema: La realidad exterior.

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