Fue contemporáneo y amigo de Santo Tomás. San Buenaventura, recibió este nombre a consecuencia de haberse librado durante su niñez de una gravísima enfermedad, con cuyo motivo su madre le había ofrecido a la Orden de San Francisco, que acababa de fundarse. Su nombre de bautismo era Juan Fidezza o Fidanza, y su patria Bagnarea (Balneoregium), en la Toscana.
Una de las ideas más relevantes de su teología la de la de la contuición, una especie de falsa intuición que nos lleva directamente a captar no solo la esencia de Dios sino también su existencia.
Su idea es que puesto que los seres humanos obtenemos un conocimiento de la realidad a partir de lo sensible, es decir, observando los seres y las cosas, en el momento en el que lo hacemos también nos llega una especie de falsa intuición de que dichos seres y cosas son por una causa que les daría la total explicación. Esa causa sería Dios mismo.
Además el hecho de darnos cuenta de nuestra capacidad de conocer en el acto del conocimiento mismo, significaría que es lo mismo que darnos cuenta de la manifestación de Dios dentro de nosotros, porque Dios es el conocimiento en sí mismo.
En resumen: Sin darnos cuenta totalmente de la existencia de Dios, en cierto modo en el acto de conocer, la hacemos explícita. Según él somos prueba de la existencia de Dios y la medio-intuímos al conocer.
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